Comillas apuesta por un nuevo modelo de virtualización

La Unidad de Apoyo a la Innovación Docente (UAID), en consonancia con la apuesta recogida en el Plan Estratégico 2019-23 ha puesto en marcha un nuevo modelo de virtualización para el Programa de Especialista en Administración de Bienes Eclesiásticos y el Máster de Transformación Digital de la Industria. Esta nueva metodología, dirigida a estudios de postgrado semipresenciales o virtuales, busca centrar la atención en el estudiante para favorecer su aprendizaje. “La apuesta de la universidad es poner la tecnología al servicio del aprendizaje”, asegura Susana García Martínez, directora de la UAID.

Como confirma Lisset De Gouveia Da Silva, técnico de ID de la UAID y especialista en la materia, el nuevo modelo supone un cambio profundo, relevante y que implica reflexión y esfuerzo por parte del docente. El conocimiento seguirá siendo igual de importante, pero tendrá que integrarse de manera dinámica con otros saberes que se activan y se demuestran mediante la acción. Frente a la bimodalidad, que fue la respuesta a una situación inesperada de emergencia global, el nuevo modelo busca integrar los beneficios de la educación presencial y las ventajas de la educación a distancia, usando como medio la tecnología.

“Estamos convencidos que la eficacia de un programa de formación semipresencial responde a un proceso de planificación cuidado, en el que la participación y el compromiso de los coordinadores, docentes, asesores pedagógicos y técnicos juega un papel clave. Son estos actores, y principalmente el docente, los responsables de llevar adelante una propuesta didáctica que integre de manera adecuada todas las dimensiones que deben ser consideradas en un entorno virtual de aprendizaje, así como la relación entre los encuentros presenciales y los períodos asíncronos”, afirma De Gouveia.

La mayor parte de los recursos que se han desarrollado para estos programas, se han realizado en las instalaciones de Comillas Conecta Lab con el asesoramiento de nuestros técnicos, tal y como estaba recogido en el proyecto inicial de este espacio de Innovación Docente, comenta Garcia; también destaca, el trabajo en equipo que se está realizando con el STIC, responsables de la administración de nuestro LMS (Moodle). 

Una visión integral
El “modelo de virtualización Comillas” tiene sus bases en una adaptación del diseño instruccional (DI) conocido como ADDIE por sus fases: Análisis, Diseño, Desarrollo Implementación y Evaluación. El DI es un proceso lógico y sistémico de planificación pedagógica en el que se establece a quién, qué, cómo, cuándo, dónde, por qué y con qué recursos tecnológicos se va a realizar un programa de formación para el desarrollo de unas determinadas competencias en un entorno que favorece el aprendizaje. ”Se define con antelación desde la visión integral del programa, en el contexto de la institución, hasta la visión específica de una sesión de clase (presencial o asíncrona). Además, el diseño instruccional contempla la ejecución de la planificación realizada y, su evaluación para realizar mejoras”, asegura De Gouveia.

En la fase de análisis se define, entre otras cosas, el perfil egreso, del cual se derivan las competencias y los resultados de aprendizaje. Estos resultados se concretan en actividades de aprendizaje, enseñanza y evaluación las cuales se diseñan considerando la modalidad semipresencial y la tecnología más adecuada para el perfil competencial que se pretende desarrollar.

Desde ese momento, la UAID propone un modelo operativo de virtualización en cascada que está compuesto por tres etapas: 1) origen, 2) diseño y producción y 3) revisión y ajuste. Cuando se completan, el resultado es el entorno virtual en el que se desarrollará cada módulo (o asignatura) del programa diseñado. “Aspiramos a que el trabajo coordinado entre los docentes, la UAID y el STIC, nos permita alcanzar un modelo en el que el profesor reciba su curso en Moodle con todos los recursos y actividades listos para iniciar el trabajo con los estudiantes”, asegura.

De cara a los estudiantes, el período asíncrono se organiza en sesiones, entendidas como una unidad de trabajo que no implique más de 2 horas; que podría combinar actividades de varios tipos: informativa, de práctica y evaluativa (sin calificación-evaluación formativa- o con calificación -evaluación sumativa-), y que cuenta con un inicio, desarrollo y cierre.

Aprendizaje flexibles
El resultado es que los alumnos están inmersos en un proceso de aprendizaje flexible, en el que se pone en valor su bagaje profesional y cuya finalidad es la aplicación práctica desde el primer momento. Uno de los pioneros que está poniendo en práctica esta metodología es el Máster de Transformación Digital de la Industria, que combina clases online asíncronas con sesiones presenciales los viernes por la tarde y sábados por la mañana, permitiendo conciliar las responsabilidades laborales y familiares con las necesidades de formación.

“Fue necesario un ejercicio de reflexión profundo, que comenzó con una definición muy precisa de las competencias profesionales de los egresados del programa, y desembocó en el diseño de las actividades formativas y de los recursos de aprendizaje más adecuados. En paralelo se desarrolló una metodología para poder exportar esta experiencia a otros programas, que permitiese la reutilización de las actividades y los recursos desarrollados en otros cursos, o de forma aislada cómo “píldoras formativas” en el contexto de formación lifelong learning”, asegura Pablo García, responsable de los programas de postgrado y del doctorado de Comillas ICAI.

“Desde el comienzo tuvimos claro que una docencia en modalidad semipresencial como la propuesta para el curso Especialista en Administración de Bienes Eclesiásticos no podía discurrir por los cauces ordinarios y que el trabajo no presencial del alumno (un 75% del total) tenía que estar perfectamente acompañado y tutorizado. No se trata de ‘dejar’ unos materiales sin más para que el alumno trabaje, sino que el trabajo del alumno tiene que estar 'acompañado' y organizado a través de actividades, en un cálculo que, dentro de la exigencia, no produzca el desánimo por sobrecarga de trabajo”, afirma Miguel Campo, director del programa.

Al igual que en el Máster de Transformación Digital de la Industria, la respuesta de los alumnos del curso de Especialista en Administración de Bienes Eclesiásticos no ha podido ser más entusiasta. “Al comienzo del curso, cuando pedimos a los alumnos que presentasen sus preocupaciones, una de las más repetidas fue la necesidad de organización. La programación de las actividades de cada módulo y la nueva plataforma Moodle han venido a ayudar a que los alumnos se sientan perfectamente organizados y acompañados”, confirma Campo.

Para el próximo curso se sumarán el Programa Superior de Gestión y Medición del Impacto Social (GMIS) así como el DBA in Management and Technology, en los cuales se trabajará en un rediseño para adaptarlos a esta metodología y configuración del nuevo tema de Moodle para este tipo de programas.