Este año se cumplen 500 años de la muerte de Aldo Manuzio, impresor y humanista del siglo XVI que revolucionó la edición. Con motivo de esta efeméride se han organizado diversas actividades a nivel internacional a las que la biblioteca de la Universidad se suma con varios ejemplares del siglo XVI salidos del taller del impresor.
Aldo Manuzio se traslada a Venecia en torno a 1490, uno de los centros más importantes de impresión en Europa. Se inicia en este mundo con el objetivo de apoyar su labor de gramático, pensando en imprimir fundamentalmente los clásicos en griego y latín. En las obras que se imprimieron en su taller aún se pueden observar muchas de las características de la imprenta incunable, pero también las novedades que revolucionaron el mundo editorial y que le dieron fama universal.
El formato en octavo
Debido a la crisis que afectaba en estos momentos a la imprenta por el excedente de libros en circulación, el taller de Aldo Manuzio tuvo que buscar soluciones creativas que le permitiesen ahorrar costes en la impresión; así comenzaron a imprimir las obras en octavo, un formato hasta entonces utilizado únicamente para los misales y los libros de horas (ejemplares que los fieles necesitaban transportar hasta los oficios). El gran formato exigía al lector apoyar el volumen sobre un atril o una mesa, mientras el formato en octavo o enchiridion era fácilmente transportable. Se podría decir que es el antecedente del libro de bolsillo.
Este formato más pequeño necesitaba una tipografía que permitiese incluir la mayor cantidad de texto en una página, lo que llevó a su tipógrafo a idear lo que hoy se conoce como itálica (o cursiva aldina). Además se cambió la tipografía gótica, que se utilizaba prácticamente desde la invención de la imprenta, por la latina que trataba de imitar la letra de los humanistas italianos de renombre.
Se comienzan a incluir índices en los ejemplares que faciliten la búsqueda de los contenidos, y escribían prólogos que animaban a leer y comprar los textos que editaban. Otra estrategia para impulsar las ventas era elaborar catálogos con listados de precios que se distribuían entre los libreros y los mercaderes.
Las cajas del texto se hacen más pequeñas, dejando más espacio en los márgenes para que el lector haga anotaciones.
Festina Lente Semper
La marca tipográfica de Aldo Manuzio es una de las más conocidas de la historia. Un ancla y un delfín junto al lema Festina lente y a ambos lados el nombre ALDUS; el ancla simboliza la seguridad y el delfín la rapidez, junto al lema que se podría traducir como corre despacio, parece una declaración de intenciones sobre cómo entendía Manuzio su oficio de impresor.
Erasmo de Rotterdam cuenta que pudo inspirarse en una moneda de Tito, pero también se baraja la posibilidad de que se inspirara en un pasaje de la obra El sueño de Polifilo de F. Colonna cuya edición llevó a cabo Manuzio y que se considera una de las obras más bellas del mundo.
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