El COVID-19 y los flujos migratorios
Un artículo de Alberto Ares, director del IUEM, analiza cómo afecta la crisis del coronavirus a los migrantes
Alberto ares, director del IUEM, recuerda que la batalla contra el COVID-19 se libra también en campos de refugiados y en las fronteras
25 de marzo de 2020
El problema que están afrontando los gobiernos dentro de sus propias fronteras es muy importante, con un número cada vez más elevado de contagiados por COVID-19. Pero hay otra batalla: la que se libra en campos de refugiados y en las fronteras. Esta es uno de los problemas más complejos con los que se ha enfrentado la Humanidad en los últimos 50 años, y se ve empeorado por la situación que sufren decenas de miles de migrantes y solicitantes de asilo en todo el mundo.
“Ante las situaciones de crisis, uno se pregunta qué ocurre con los colectivos más vulnerables […], (las personas) hacinadas en campos de refugiados o centros de detención, las que se han visto atrapadas ante el cierre de fronteras, etc. Entre estos colectivos se sitúan muchas personas que han tenido que dejar su hogar por múltiples razones, algunas huyendo de la violencia o persiguiendo un sueño de paz y de felicidad”, escribe Alberto Ares, director del Instituto de Estudios sobre Migraciones de Comillas (IUEM), en un artículo publicado recientemente.
Según enumera Ares, casi 71 millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares debido a conflictos armados, violencia generalizada o desastres naturales. A eso se une que las personas migrantes y refugiadas suelen ser el foco de los prejuicios. “La pandemia global que vivimos no es ajena a esa tendencia”, relata Ares. De hecho, “aparecen voces que dicen que son los migrantes los que propagan la enfermedad, y ya no se habla sólo de los migrantes que saltan la valla, sino de los inmigrantes chinos que traen el coronavirus de su país, o de los "infectados" españoles o italianos”.
Los campos de refugiados son otro frente de batalla, donde no existen condiciones sanitarias para poder cumplir cuarentena y aislamiento, o medidas de higiene adecuadas, así como los centros de detención de migrantes. "Las condiciones de hacinamiento que se viven pueden poner en riesgo a las personas internadas. Asimismo, los problemas de convivencia y de posibilidades de contagio puede ser otro elemento a sumar en el caso que se planteen alargan las estancias”, dice Ares. Además, “el bloqueo económico que provoca el coronavirus afecta de una forma más acuciante a las personas más vulnerables, aquellas que ocupan los estratos más bajos de nuestro mercado laboral. Un gran porcentaje son personas migrantes y refugiadas en especial necesidad”, avisa el director del IUEM.
Además, Ares propone un decálogo para cuidar de los más vulnerables, y entre los puntos que propone evacuar los campos de refugiados superpoblados y centros de detención; detener las deportaciones de migrantes; facilitar los procedimientos de asilo, o luchar contra los bulos y las corrientes populistas que asocian migración y propagación del COVID-19.
También te puede interesar
La Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones anuncia, con el inicio del curso 2024-2025, otra edición del programa de clases de español para personas migrantes y refugiadas.
Más de 3.000 alumnos inauguran el curso en Comillas en una Welcome Week plagada de caras nuevas