Baltasar Gracián y Morales, SJ(1601-1658)

Nació en Belmonte (Zaragoza) en 1601. Ya como jesuita, realizó estudios de filosofía en Calatayud (1621-1623) y más tarde de teología en Zaragoza (1623-1627). Su perfil de persona “intelectual” le favoreció comenzar una carrera como docente en Lérida y en Gandía que pronto hubo de combinar con la de confesor y predicador en Huesca, Zaragoza o Madrid.

Pero Gracián desplegó todas sus capacidades personales e ingenio literario a través de la escritura. Comenzó con El Héroe (1637) en la que presentaba un modelo de hombre como Castiglione había hecho con su Cortesano o Maquiavelo con su Príncipe. El Discreto (1646), por su parte, muestra la sabiduría de la persona que nace de aprender a conversar con “los muertos” (los libros), con los vivos (otras personas inteligentes) y con uno mismo. Pero su obra más divulgada fue su Oráculo manual y arte de prudencia (1647) cuya filosofía continuó en su Agudeza y arte de ingenio y culminó en El Criticón (1651). La mayor parte de sus obras aparecieron bajo seudónimo y fueron traducidas a numerosas lenguas europeas.

Son obras cargadas de sabiduría práctica de la vida, de un sutil autoconocimiento, fina perspicacia psicológica, que nacen de una observación delicada situación y de cada persona y que buscan ayudar a proceder siempre con ponderación y discreción, para, en lo posible, en todo acertar. Un discernimiento filosófico y existencial, inspirado en el que brota de los Ejercicios espirituales de san Ignacio, impregna cada una de sus páginas.

Gracián se muestra como un verdadero conocedor y maestro del castellano; juega con las palabras y sus relaciones, con sus acepciones y referencias así como con su componente fonético y sonoro. Tal vez sea, junto con Francisco de Quevedo, el representante más alto del conceptismo en el barroco de las letras españolas.

“El saber y el valor alternan su grandeza.Consejo y fuerzas, ojos y manos; sin valor esestéril la sabiduría”.

Oráculo manual y arte de la prudencia [4]