Athanasius Kircher, SJ (1601-1680)

En Athanasius Kircher encontramos uno de los sabios de la modernidad europea. De una inagotable curiosidad científica, su saber se expandió por numerosas disciplinas: matemáticas, astronomía, filología, biología…

Formado en diferentes instituciones alemanas (Münster, Colonia, Maguncia), comenzó su carrera como profesor en la Universidad de Würzburgo y la culminó en el Colegio Romano (1633). Destacó pronto como políglota y orientalista al publicar un pequeño tratado de coptología, cuatro gramáticas árabes en latín, así como rigurosos estudios sobre egiptología que culminarían en su Oedipus Aegyptiacus (1652-1653). Fue conocido como experto en jeroglíficos y a él acudieron para intentar resolver los que contenía el Manuscrito Voynich.

Su reconocido talento hizo que le destinaran al Colegio Romano, donde siguió profundizando en estudios sobre óptica (Ars Magna Lucis et Umbrae, 1646), magnetismo (Magneticum Naturale Regnum, 1667) o sobre música, con su gran obra Musurgia universalis.

Su curiosidad era imparable. Fue considerado vulcanólogo. Estudió las erupciones del Etna y del Stromboli y llegó a descender con una cuerda por el cráter del Vesubio para comprobar sus dimensiones y explorar su interior. Como consecuencia de la peste en Nápoles y Roma (1656), escribió un tratado médico acerca de los organismos agentes de la peste (Roma 1657). Poco después, pasa a interesarse sobre vida y costumbres chinas y escribió China monumentis illustrata (Amsterdam 1667) obra que fundamentó con las cartas y otros escritos de misioneros jesuitas en Asia e Iberoamérica.