¿Se está debilitando la COVID19?
Una investigadora del IIT analiza los porqués de la posible pérdida de fuerza del virus
Según algunos médicos y gestores de hospitales, la fuerza del virus se ha atenuado
2 de julio de 2020
Durante las últimas semanas, las autoridades no dejan de avisar de que el coronavirus sigue entre nosotros y que hay que tener cuidado. Sin duda, hay que mantener las precauciones, aun en el caso de que sea cierto lo que sostienen algunos investigadores: que el virus está perdiendo fuerza y no es tan virulento como al principio de la pandemia. Eso es lo que intenta desvelar Sara Lumbreras, investigadora del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT), quien sostiene que “los casos actuales de coronavirus podrían ser más leves, pero hay varias explicaciones posibles”. ¿Cuáles podrían ser las causas?
Según algunos médicos y gestores de hospitales, la fuerza del virus se ha atenuado, ya sea por el efecto de la radiación ultravioleta o por la existencia de cepas mutadas más benignas. Pero Lumbreras subraya que, por el momento, la evidencia que apoya estas opiniones es limitada. “Nuestro grupo de trabajo ha intentado confirmar o refutar la hipótesis del debilitamiento con las estadísticas publicadas hasta el momento: la baja calidad de los datos disponibles apunta tímidamente al debilitamiento sin presentar evidencia concluyente. Explorar esta hipótesis es clave por la importancia de sus implicaciones”.
Para la investigadora del IIT, un posible debilitamiento podría deberse al impacto del calor y la radiación ultravioleta, o a que el virus esté mutando, aunque “es necesario realizar más estudios de secuenciación que puedan confirmar qué evolución está experimentando el virus”.
Lumbreras recuerda que el debilitamiento podría deberse simplemente a que la población que se ha visto afectada ahora es más fuerte (por ejemplo, a que los brotes se concentren en individuos jóvenes en edad de trabajar que han regresado a sus actividades cotidianas en mayor medida). Además, “ahora comprendemos mejor a la enfermedad y comenzamos a tratarla antes”, comenta la investigadora. Por último, el confinamiento podría haber limitado no sólo el número de contagios, sino también su gravedad. “Este sería el caso si la intensidad de los síntomas depende de la carga viral, y la carga viral está limitada por el distanciamiento social”.
Eso sí, la investigadora recuerda que todo esto “no cambia el hecho de que debamos seguir manteniendo ese distanciamiento social y que las mascarillas o la higiene de manos sigan siendo una parte clave de nuestras rutinas” y reclama más investigación y datos transparentes sobre la evolución de la pandemia.
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