La mayoría de edad y el fin de la protección en acogida
La Cátedra Santander de Derechos del Niño elabora un informe para Aldeas Infantiles
El informe de Aldeas Infantiles SOS y Comillas hace recomendaciones pretende garantizar la emancipación de jóvenes en el sistema de acogida en España
18 de noviembre de 2020
Cuando un menor de edad incluido en el sistema de protección y acogida en España llega a los 18 años, se ve obligado a abandonar esa burbuja protectora, lo que le aboca a una situación de gran vulnerabilidad y exclusión social. Este hecho traumático para jóvenes que ya han vivido experiencias negativas en su infancia es lo que analiza el informe “El inicio de la desprotección. La realidad de la infancia en acogimiento al cumplir la mayoría de edad”, elaborado por la Cátedra Santander de Derechos del Niño para Aldeas Infantiles SOS.
El informe, que se presentó recientemente con motivo del Día Internacional de los Derechos del Niño, que se celebrará el 20 de noviembre, hace un repaso por la legislación estatal y autonómica, y por su adecuación a los estándares internacionales, y concluye con una serie de recomendaciones para garantizar un proceso de emancipación que favorezca la correcta integración de estos jóvenes.
En opinión de Clara Martínez, directora de la cátedra de Comillas ICADE y autora del informe, “el cese de la tutela administrativa a los 18 años no debería justificar que desaparezcan los apoyos del Estado, porque su obligación es seguir protegiendo a quienes han estado bajo su tutela más allá de esa edad. Es necesario asumirlo y delimitar su alcance en un texto de rango legal”.
En esta línea, el informe concluye que la legislación vigente en materia de protección a la infancia en su proceso de emancipación es insuficiente y no se adecúa a los estándares internacionales, tanto a nivel estatal como autonómico. Por su parte, la legislación autonómica, es sumamente dispar y, con muy escasas excepciones, las referencias a la emancipación de los jóvenes son insuficientes cuando no directamente inexistentes.
Para los autores del informe, las consecuencias de poner fin a la tutela de manera abrupta son traumáticas para quienes ya han vivido experiencias negativas en su infancia y abocan a estos jóvenes a la exclusión social. Tal y como afirman desde Aldeas Infantiles SOS, “no basta con alimentar, educar y proteger al niño durante su acogimiento, es necesario no perder de vista que el objetivo es su plena integración en la sociedad. En consecuencia, la transición a la vida independiente y los apoyos posteriores deben entenderse como una fase más de la protección, solo así esta será realmente integral”.
Para ello, y como concluye el informe, los jóvenes deben comenzar su preparación para la vida independiente como mínimo dos años antes de alcanzar la mayoría de edad; ofrecerles oportunidades de educación y formación profesional, así como acceso a servicios sociales, jurídicos y de salud, y una asistencia financiera adecuada; asignar a cada niño o niña un especialista que le acompañe en su camino a la independencia; y formar a los profesionales en la transición a la vida independiente.
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