“Podéis ser brillantes en vuestro trabajo, y al mismo tiempo cuidar a los que dependen de vosotros”

El momento ha llegado. Una hora y media antes de que comenzase la ceremonia, empezaron a aparecer los primeros asistentes. Hoy dejarán atrás los años de una etapa inolvidable, llena de aprendizajes, amistades que durarán toda la vida, decisiones importantes, desvelos, y también muchos sueños. Comenzaron su andadura universitaria de una forma poco convencional: con una pandemia que puso el mundo del revés.

“Nos conocimos con pantallas y mascarillas”, recuerda Claudia González, alumna del Grado en Análisis de Negocios – Business Analytics y del Grado en Relaciones Internacionales, encargada de pronunciar el discurso en representación de su promoción. Una promoción que, como ella misma señala, tuvo que adaptarse rápidamente a lo insólito, apenas unos meses después de comenzar la carrera y de empezar a construir vínculos.

Claudia quiere destacar en su discurso tres pilares que, a su juicio, han definido su paso por la universidad: la resiliencia, la superación y el agradecimiento. “La superación es en sí misma una consecuencia de la resiliencia”, afirma. Define a sus compañeros como “personas ambiciosas que creen en la mejora y en la excelencia tanto personal como académica”. Y dedica palabras especiales de gratitud, primero por la oportunidad de estudiar en Comillas y, después, por la labor del profesorado y del personal de la universidad: “A veces se han convertido en referentes y mentores que nos han dado las premisas para nuestra incorporación laboral, recordándonos siempre los valores que nos definen”.

Honestidad, eficacia, felicidad y coherencia

El padrino de la promoción que se celebra hoy es Juan Villar Mir de Fuentes, presidente de Inmobiliaria Espacio y del Grupo Villar Mir, quien, tras los agradecimientos iniciales, comienza su discurso hablando de honestidad: “Tiene que ver con valores universales como la justicia y la verdad. Alguien honesto será alguien justo que tiene la verdad como lema”.

A continuación, ofrece a los egresados una serie de consejos prácticos sobre la eficacia, que muchos escuchan con atención. “La eficacia no va solo de saber mucho, ni de moverse rápido. Va de saber priorizar. Va de tener criterio. Va, incluso, de saber cuándo parar y cuándo decir esto no. Y, sobre todo, va de actuar con sentido común”.

El empresario vincula esta reflexión con la felicidad, insistiendo en que no son conceptos opuestos, sino complementarios. “En mi modesta opinión, la eficacia y la felicidad van profundamente unidas. Podéis ser brillantes en vuestro trabajo y, al mismo tiempo, cuidar a los que dependen de vosotros, a vuestros colaboradores (…) Os animo a que os hagáis esa pregunta de vez en cuando: ¿esto que estoy construyendo me hace feliz y hace felices a los que me rodean?, o ¿esto que estoy eligiendo tiene sentido para mí y para los que me rodean?”.

Además, Villar Mir anima a los nuevos profesionales a avanzar con coherencia en su camino: “Si sabéis quiénes sois, qué valoráis, qué os mueve, lo demás irá encajando. Y cuando no encaje, tendréis la serenidad para cambiar de rumbo sin perderos”.

El reconocimiento del otro 

El acto concluye con la intervención del rector de Comillas, Antonio Allende SJ, que centra su discurso en el reconocimiento del otro, destacando la importancia de la amistad y de las comunidades en todos los ámbitos de la vida, también en el profesional. “Necesitamos recuperar el valor de las amistades profundas y del amor comprometido”, afirma. El rector anima a los asistentes a cuidar esas relaciones que nos transforman, “amistades que nos confrontan con lo que somos y con lo que podemos llegar a ser”, y a “crear espacios humanos donde generar sabiduría”, tanto en la familia como en el entorno laboral.

Durante su intervención, hace también una mención especial al agradecimiento, e invita a los recién graduados a que se pregunten: “¿Qué haré yo ahora con lo que se me ha dado? y ¿a quién iluminaré yo ahora?". Aclara que agradecer no es simplemente decir "gracias" por educación o formalismo social. “Agradecer es mucho más. Es reconocer que no hemos llegado aquí solos”, subraya.

Antes de finalizar, y de recordarles que Comillas será siempre su casa, lanza una llamada urgente al compromiso: el mundo necesita personas verdaderamente agradecidas, “no solo en palabras, sino en obras”. Personas, explica, “que no vivan desde el reclamo constante de sus derechos y desde la queja, sino desde la capacidad de reconocer lo recibido y multiplicarlo. Personas que sepan construir, acompañar, tender puentes, abrir caminos”.

Ahora, tras la ceremonia, los ya alumni de la Universidad Pontificia Comillas, se marchan reconfirmando que no están solos y con la mochila cargada de unos cuantos buenos consejos que seguro aprovecharán cuando lleguen esos espacios donde sea necesario discernir. Por el momento, a disfrutar. 

¡Felicidades!