“Ahora que sois graduados, recordad que cada paciente es único. Sed artesanos de la salud”
Los alumnos de la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia “San Juan de Dios”, del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones y de másteres de Comillas CIHS se gradúan en un acto que reconoció y celebró la importancia de los cuidados
31 de mayo de 2025
Complicidad, nervios e ilusión, mucha ilusión, era lo que se respiraba entre los numerosos asistentes al acto conjunto de graduación de los alumnos de máster de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales (Comillas CIHS), de la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia “San Juan de Dios” y del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones.
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Carmen Martín Pizarro, alumna del Máster Universitario en Migraciones Internacionales, fue la encargada de abrir el acto para hablar en nombre de sus compañeros y celebrar la formación recibida en Comillas. “Aquí hemos comprendido, que lo más valioso es hacer de cada acción un reflejo del compromiso profundo con quienes más necesitan ser vistos y acompañados. Nuestra formación combina excelencia académica con una sólida conciencia social, invitándonos siempre a actuar por el bien común”, destacó.
Y añadió: “Todos habéis elegido profesiones donde el conocimiento técnico se funde con la sensibilidad humana, representando un auténtico ejemplo de compromiso y entrega. Durante vuestra formación habéis aprendido a estar presentes, incluso cuando faltan palabras que mitiguen el dolor. Cada día nos demostráis que cuidar va más allá de lo físico: es escuchar, sostener y acompañar cada vida desde su esencia más profunda”.
Marín Pizarro también tuvo palabras para los profesores y el resto de personal de la universidad “que nos ha atendido y guiado con generosidad y paciencia, y por haber sido ejemplo de dedicación y excelencia”. Y añadió: “Tenemos la enorme responsabilidad y el privilegio de representar los valores de nuestra universidad allá donde vayamos. Que nuestro sello sea siempre la justicia y la humanidad. La sociedad nos necesita más que nunca”.
La llama de la vocación
Mercedes Herrero Conde, ginecóloga y obstetra, jefa de la Unidad de Mama de Gine4 en HM Hospitales, madrina de la promoción, se emocionó al hablar del trabajo de cuidados. “Los estudios no se eligen por azar, pero menos aún los sanitarios. Hay una intención, una pulsión interna para formarse en una u otra disciplina. Esa energía que motivó su decisión es la vocación. Si tuviera que representarla en una imagen, esta sería como una luz interior, quizás tenue pero siempre prendida se aviva con el retorno que les brindarán los pacientes. No esperen grandes señales, deben estar atentos a los pequeños detalles, esos son los que marcan las grandes diferencia”, destacó.
También habló de la atención a los pacientes, tan importante para las profesiones de la salud y el tercer sector: “Nuestra relación con los pacientes ha cambiado mucho, para bien, en los últimos años. Yo, que me formé en el siglo XX, conocí una relación asimétrica: donde el sanitario, desde una posición de superioridad, hacía diagnósticos y pautaba tratamientos. Mientras, el paciente, era un sujeto pasivo que obedecía. Les invito a ser artesanos de la salud. Aunque sigamos guías clínicas y protocolos, siempre hemos de tener presente que cada paciente es único y tiene sus circunstancias”, anotó.
Para finalizar les animo a ejercer cumpliendo las tres «H»: humanidad, honestidad y humildad. “Somos profesionales de medios, no de resultados. Nuestra obligación es buscar la mejor manera de ayudar, que será diferente según las circunstancias en las que trabajemos”, concluyó.
El poder de la amistad
El rector, Antonio Allende SJ, apeló al poder de la gratitud y de la amistad como motor de compromiso. “La amistad auténtica es ese vínculo que nos impulsa a crecer, que nos desafía a no quedarnos encerrados en nosotros mismos, que nos ayuda a mirar más allá”, señaló. Y recordó que de una amistad surgieron tanto la Compañía de Jesús como la órden de San Juan de Dios, “una orden hospitalaria que atiende a más de 2,5 millones de personas en el mundo: en salud mental, asistencia social, hospitales o personas sin hogar”, señaló.
Y añadió: “Graduados, el mundo que os espera necesita urgentemente personas agradecidas, no solo en palabras, sino en obras. Personas que no vivan desde el reclamo constante de sus derechos y desde la queja, sino desde la capacidad de reconocer lo recibido y multiplicarlo. Personas que sepan construir, acompañar, tender puentes, abrir caminos”.
Para finalizar, el P. Rufino Meana SJ, ofreció una bendición final a los recién egresados recordando que “bendecir es un gesto ancestral, un gesto de afecto y pertenecia en la distancia, y un compromiso mutuo. Algo de vosotros queda y algo nuestro se va con vosotros”.