El Magistrado del Tribunal Supremo, Javier Borrego, recuerda que todas las personas tienen derecho de expresión y que por ello tienen que ser siempre respetadas
Los alumnos de Derecho de la universidad tuvieron la oportunidad de escuchar a Javier Borrego, magistrado de la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo. Se trata de conferencias que sirven a los estudiantes para conocer cara a cara a profesionales en ejercicio y para saber de primera mano el día a día del trabajo en las diferentes instituciones judiciales del Estado.
Durante su intervención, el magistrado dio a los alumnos tres recomendaciones importantes para su vida profesional: “no sed nunca borregos, tened cuidado con los hijos de las tinieblas y recordad que todas las personas tienen derecho de expresión y que por ello tienen que ser siempre respetadas”.
Borrego señaló cómo desde adolescente le atrajo el mundo del Derecho y cómo aprobó las pruebas de acceso. El magistrado hizo referencia a sus distintos cargos, señalando su etapa como gobernador civil en Orense durante el golpe de Estado de 1981, sus experiencias en Estrasburgo y los momentos difíciles que se vivieron en relación a la aplicación por España de la Ley Orgánica de partidos políticos. Desde que ingresara en el Cuerpo de Abogados del Estado, Borrego ha prestado servicios en Castellón, Cuenca, Teruel, ante los Tribunales de Madrid, ante el Tribunal Económico Administrativo Central, ante la Audiencia Nacional, ante el Tribunal Supremo y corresponsal español ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Actualmente es consultor en el Vaticano, además de ser conferenciante frecuente y autor de publicaciones varias, y de estar en posesión de diversas condecoraciones.
Por su parte, Ignacio Astarloa, profesor de Derecho Constitucional de Comillas ICADE, ejerció de moderador y puso de manifiesto la importancia de estas conferencias para los alumnos. “Están organizadas con la finalidad de que, además de las clases, podáis conocer a personas relevantes del mundo del Derecho puesto que los servidores públicos son personas con una capacidad extraordinaria”, explicó a los alumnos.