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La pieza de Octubre


Mi-Sol: vals de estudio para piano: sobre las dos notas Mi-Sol, dadas para una improvisación de OTAÑO, NEMESIO, SJ

Vestíbulo del edificio B de Cantoblanco

Partitura del vals de estudio 'Mi-Sol' para piano, compuesto por N. Otaño.

La pieza del mes presenta una primera edición de la partitura Mi-Sol: vals de estudio para piano: sobre las dos notas dadas para una improvisación, obra compuesta en 1917, por el P. Nemesio Otaño, SJ, y editada por la Unión Musical Española en 1934. Se trata de una pieza de estudio centrada en dos notas concretas, Mi y Sol y con la indicación sobre las dos notas dadas para una improvisación, que muestra el deseo de estimular la sensibilidad y la creatividad del alumno. Se enmarca en el contexto de la labor pedagógica del musicólogo guipuzcoano en colegios y entornos de formación musical, en los que impulsó tanto la enseñanza del canto llano como la práctica instrumental. Esta obra representa la continuidad del compromiso de los jesuitas con la pedagogía musical y la creatividad aplicada a la formación.

Partitura del vals de estudio 'Mi-Sol' para piano, compuesto por N. Otaño.
La imagen muestra partitura de música colocada sobre las teclas de un piano.

La Compañía de Jesús comprendió desde muy pronto que el arte podía convertirse en un idioma común, capaz de tender puentes y crear lazos entre culturas y personas y a pesar de la fama del “Jesuita non cantat” la historia nos muestra como en los colegios de la Compañía en Europa, y más tarde en sus misiones de América y Asia, la música acompañaba no solo las celebraciones religiosas, sino también la vida diaria de las comunidades. Un ejemplo especialmente significativo lo encontramos en las Reducciones Jesuíticas en América.

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Nemesio Otaño, SJ (1880-1956), fue una de las figuras más influyentes de la música religiosa en la España del siglo XX, destacando como musicólogo y compositor. Organista de la Basílica de Loyola, director del coro en la Universidad Pontificia de Comillas, impulsor de su Schola Cantorum y del primer Congreso Nacional de Música Sacra (Valladolid, 1907), fundador de la revista Música sacra hispana y director del Conservatorio Superior de Música de Madrid. También se interesó por el estudio y difusión del canto gregoriano, la polifonía, la música de órgano y el repertorio popular. Entre sus composiciones podemos citar el Miseree a 5 voces, el Gran himno a San Ignacio de Loyola y los Doce cánticos al Sagrado Corazón. 

En la actualidad, los jesuitas continúan componiendo y difundiendo música religiosa inspirada en la espiritualidad ignaciana, como puente que fortalece la fe y la comunidad, combinando tradición y modernidad.  Un ejemplo destacado es el grupo Jesuitas Acústico, integrado  por Cristóbal Fones, SJ, de amplia trayectoria,  junto con Enric Puiggròs, SJ, David Pantaleón, SJ, Jorge Ochoa, SJ y Enric Puiggròs, SJ.

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The Piece of the Month presents a first edition of the score Mi-Sol: Study Waltz for Piano: on the two given notes for an improvisation, a work composed in 1917 by Fr. Nemesio Otaño, SJ, and published by Unión Musical Española in 1934. It is a study piece focused on two specific notes, E and G, with the indication “on the two given notes for an improvisation,” reflecting the intention to stimulate the student’s sensitivity and creativity. It belongs to the context of the pedagogical work of the musicologist from Gipuzkoa in schools and other environments of musical training, where he promoted both the teaching of plainchant and the practice of instrumental music. This work represents the continuity of the Jesuits’ commitment to musical pedagogy and to creativity applied to education.

The Society of Jesus understood from very early on that art could become a common language, capable of building bridges and creating bonds among cultures and people. And despite the reputation of the phrase “Jesuita non cantat,” history shows us that in the Society’s schools in Europe—and later in its missions in the Americas and Asia—music accompanied not only religious celebrations, but also the daily life of communities. A particularly significant example can be found in the Jesuit Reductions in South America.

Nemesio Otaño, SJ (1880–1956), was one of the most influential figures in religious music in twentieth-century Spain, both as a musicologist and as a composer. Organist of the Basilica of Loyola, choir director at the Pontifical University of Comillas, promoter of its Schola Cantorum and of the First National Congress of Sacred Music (Valladolid, 1907), founder of the journal Música sacra hispana, and director of the Royal Conservatory of Music in Madrid. He also dedicated himself to the study and dissemination of Gregorian chant, polyphony, organ music, and popular repertoire. Among his compositions are the Misere for five voices, the Great Hymn to St. Ignatius of Loyola, and the Twelve Songs to the Sacred Heart.

Today, the Jesuits continue to compose and spread religious music inspired by Ignatian spirituality, serving as a bridge that strengthens faith and community, blending tradition with modernity. An outstanding example is the group Jesuitas Acústico, formed by Cristóbal Fones, SJ, with a long artistic career, together with Enric Puiggròs, SJ, David Pantaleón, SJ, and Jorge Ochoa, SJ.

Créditos

Texto y selección bibliográfica:

Blanca Herranz Vírseda

Servicio de Biblioteca de la Universidad Pontificia Comillas

 

Descripciones bibliográficas:

Grupo de catalogación de la Biblioteca de la Universidad Pontificia Comillas

 

Cartelería:

Blanca Herranz Vírseda

Servicio de Biblioteca de la Universidad Pontificia Comillas

 

Diseño Web:

Daphné Vidalie

Grupo de Visibilidad del Servicio de Biblioteca de la Universidad Pontificia Comillas


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